Cuando se trata de cuidar nuestro cuerpo, prevalece la idea del ejercicio y la alimentación saludable para mantenernos en forma óptima, pero esto solo no es suficiente. Te enseñamos los mejores hábitos para mantener tu cerebro sano.
A medida que se acerca el final del año, los participantes tienen nuevas metas. Una lista de intenciones que hacen imprescindible nuestra asistencia sanitaria. Si en vacaciones no dedicas tiempo a comer dulces, dejar de fumar o dejar de hacer los clásicos, no te apuntas al gimnasio hasta dentro de un año. y prima la alimentación saludable para mantenernos en plena forma.
Creemos que esto es suficiente para lograr este objetivo tan buscado, sin embargo, ambos objetivos implican otros pequeños pasos que deben incorporarse a su rutina de manera continua, pero que a menudo se pasan por alto. Comenzamos a experimentar con la dieta de moda, la famosa dieta cetogénica, también conocida como ayuno intermitente, y probamos suerte con nuevas actividades deportivas que nos mantuvieron con energía. Pero, ¿quién es el responsable de mantener nuestro cerebro sano? Según la Organización Mundial de la salud (OMS), al menos nueve hábitos causan un daño tremendo a los mecanismos más importantes de nuestro cuerpo, los que nos permiten funcionar.
Saltarse el desayuno
El desayuno debe proporcionar entre el 15 y el 25 % de la energía del día. No subestimes el resto de los alimentos que puedes comer durante el día, ya que ayuda a dar forma a la calidad general de la dieta de una persona (dado que comiste por última vez el día anterior), esto significa un cambio metabólico. Se utiliza la grasa como fuente de energía y se utiliza preferentemente la glucosa
Irse a la cama muy tarde
A corto plazo, no dormir lo suficiente puede afectar tu estado de ánimo y tu concentración. La parsimonia en esta necesidad del cuerpo se está volviendo cada vez más popular y, sobre todo, intentar dedicar horas cada día a hobbies es inaceptable en largas jornadas laborales. Algunas personas están dispuestas a lidiar con un poco de mal humor solo para tenerlo en algún momento. Pero como explica el Miami Heart & Vascular Institute, la privación del sueño a largo plazo puede estar asociada con muchos efectos adversos que afectan la salud cardiovascular, la presión arterial , obesidad, diabetes, salud mental y función inmunológica.
Usar un sombrero y calcetines cuando duermas.
Es así de simple. Dormir con la cabeza cubierta aumenta los niveles de dióxido de carbono en el cerebro. En cuanto al uso de calcetines, si tienes problemas de circulación, no te ayudarán a mejorar el estado de tus venas nuevamente, y la sangre de tus piernas tardará más en regresar a tu corazón.
Fumar en cualquier momento
Se ha demostrado que fumar en exceso promueve el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer y la demencia senil. Los fumadores tienen un riesgo significativamente mayor de padecer estas enfermedades que otros fumadores. Según datos recogidos por la Organización Mundial de la Salud en 2014, hasta el 14% de los casos anuales de demencia en todo el mundo pueden atribuirse a esta práctica.
Consumo de bebidas alcohólicas
Demasiado alcohol provoca disfunción cerebral aguda y crónica, lo cual no es nada nuevo, pero precisamente por eso se ha olvidado. La ingesta a largo plazo de estas sustancias provoca la muerte de las células nerviosas, lo que ralentiza la transmisión de los impulsos nerviosos al cerebro, daña el sistema nervioso central, cambia la memoria y las funciones mentales, y afecta la inteligencia, como el cálculo, la comprensión y el aprendizaje.
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