Los Accidentes Vasculares Cerebrales (AVC), también conocidos como ictus, son una de las principales causas de discapacidad y muerte en el mundo. Por tanto, es crucial conocer los primeros signes de un AVC para poder actuar a tiempo y minimizar los daños posibles. En este artículo, aprenderás sobre los primeros síntomas de un AVC, los factores de riesgo y cómo prevenirlo, la importancia de una respuesta rápida, cómo diferenciar un AVC de un Ataque Isquémico Transitorio (AIT) y las consecuencias y rehabilitación después de sufrir uno.
Reconocer los primeros síntomas de un AVC
Signes antes del incidente
Es primordial reconocer los signos que pueden aparecer hasta un mes antes del evento. Estos incluyen:
- Adormecimiento en el rostro o las extremidades
- Dificultades en el habla y comprensión
- Dolor de cabeza intenso sin razón aparente
- Pérdida del equilibrio o coordinación
- Mareos o vértigo
- Problemas con la visión (visión borrosa, doble visión)
- Falta de aliento inexplicada
- Pulso irregular o acelerado.
Síntomas durante el incidente
Tan pronto como se produzca el accidente vascular cerebral, pueden manifestarse otros síntomas. Entre ellos están la debilidad en un lado del cuerpo, entumecimiento o sensación de hormigueo en la cara, brazos o piernas, dificultad para hablar o entender lo que se dice, problemas visuales, mareos y parálisis.
Tras comprender los primeros signos de un AVC, es fundamental conocer cómo prevenirlo y cuáles son los factores de riesgo asociados.
Factores de riesgo y prevención del accidente cerebrovascular
Factores de riesgo
Entre los factores de riesgo modificables, podemos encontrar el consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo, el sedentarismo, una alimentación poco saludable y la obesidad. En cuanto a los factores no modificables, tenemos la edad avanzada, la raza (las personas negras corren más riesgo), el sexo (los hombres tienen más probabilidad) y la genética.
Prevención
La mejor forma de prevenir un AVC es llevar un estilo de vida saludable, que incluya alimentarse bien, hacer ejercicio regularmente, evitar el consumo excesivo de alcohol y abstenerse de fumar. Es importante también controlar las enfermedades crónicas como la hipertensión arterial y la diabetes. En algunos casos puede ser necesario recurrir a medicamentos para mantener bajo control ciertos factores de riesgo.
Ahora bien, ¿qué hacer cuando ya se han detectado señales de alerta ?
La importancia de una respuesta rápida ante señales de alerta
Llamar a emergencias
Ante la sospecha de un AVC, es crucial actuar rápidamente. Los primeros minutos son críticos para evitar daños cerebrales graves y discapacidades a largo plazo. Si se experimentan algunos de los síntomas mencionados anteriormente, se debe llamar inmediatamente al SAMU (15 o 112).
Descifrar los signos
Algunas de las señales que puedes buscar incluyen debilidad o entumecimiento en el rostro, brazo o pierna, especialmente si ocurre en un lado del cuerpo. También puede haber confusión, dificultad para hablar o entender lo que otros están diciendo, problemas visuales en uno o ambos ojos, dificultades para caminar y pérdida del equilibrio o coordinación.
Pero ¿cómo podemos diferenciar un AVC de un Ataque Isquémico Transitorio ?
Diferenciando el AVC de un ataque isquémico transitorio (AIT)
¿Qué es un AIT ?
El Ataque Isquémico Transitorio, conocido también como mini-AVC, es una interrupción temporal del flujo sanguíneo al cerebro. Aunque sus síntomas son similares a los de un AVC completo, suelen desaparecer tras unos minutos u horas sin dejar secuelas.
Detectar la diferencia
Saber diferenciar entre estos dos eventos puede ser complicado debido a la similitud de los síntomas. Sin embargo, la principal diferencia radica en la duración de estos. Mientras que los síntomas de un AIT suelen desaparecer rápidamente, los de un AVC persisten y pueden provocar daños permanentes.
Conocer estas diferencias es crítico, pero ¿qué ocurre después de un AVC ?
Consecuencias y rehabilitación después de un AVC
Los efectos a largo plazo
Las consecuencias de un AVC dependen de la ubicación del daño en el cerebro y del tamaño del área afectada. Los posibles efectos incluyen parálisis, problemas con el habla o el tragar, pérdida de memoria y dificultades emocionales.
Rehabilitación
La rehabilitación es una parte esencial del proceso de recuperación. Incluye fisioterapia para mejorar la fuerza muscular y el equilibrio, terapia ocupacional para ayudar con las tareas diarias y logopedia para los problemas del habla y la deglución.
Cuidarse y actuar rápidamente son las claves para prevenir consecuencias graves derivadas de un accidente vascular cerebral.
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